El CD Walter Ferretti se quedó con el segundo boleto a semifinales al derrotar (7-6) en la tanda de penales al Cacique Diriangén FC, en medio de una absurda y vergonzosa oscuridad.
Diriangén llegó a este encuentro con ventaja mínima del partido de ida (1-0) y más allá de ser un elemento a favor, pareció jugarle en contra, especularon con el marcador y terminaron siendo la antítesis de su buena versión mostrada en el primer juego. Ferretti sin jugar bien, fue superior a Diriangén.
Los dirigidos por Mauricio Cruz renunciaron a atacar en los primeros 72 minutos del partido y también renunciaron a la efectiva presión alta que tanto resultado les brindo en el duelo de ida. Los Caciques jugaron a defender e intentar sostener la ventaja mínima, brindando espacios para la salida con balón en la línea defensiva local, que a base de más convicción y empuje, que claridad y buen fútbol, fueron llevando a Diriangén contra su propio arco, hasta encontrar la paridad en un balón parado donde René Huete ganó por todo lo alto, por tercera ocasión consecutiva, encontrando su recompensa e igualando la eliminatoria (1-0 / global 1-1).
Fue a partir de este momento, que Diriangén finalmente reaccionó, recordó que la eliminatoria aún estaba en juego y que debía cambiar de mentalidad, debía salir a matar o morir. Los diriambinos intentaron retomar la ventaja con disparos de Francisco Rodríguez que fueron controlados por Denis Espinoza, que nuevamente fue figura. Diriangén careció de movilidad, variantes y de "peso específico" en su ataque. El partido se fue diluyendo poco a poco, hasta llegar a los tiempos extras y luego a los penales, con un Ferretti aguantando el marcador y un Diriangén que contó con la posesión del balón, pero se mostró falto de claridad y eficacia.
El encuentro se terminó definiendo desde el punto penal, ante la ausencia del sol y de iluminación artificial. El dramático desenlace fue empañado por la vergonzosa e inmensa oscuridad, que no sólo se robó el protagonismo y la atracción de la eliminatoria, sino que atentaba contra la seguridad del público visitante. Poco y nada se pudo observar desde las graderías debido a las pobres condiciones logísticas y organizativas del evento que nos deja varios detalles a destacar, como: las patrullas de la policía nacional ubicadas detrás de la portería encendieron sus luces para intentar desorientar a un jugador del cacique en medio su tiro penal, el cual logró ser concretado; Eder Munive se frenó en medio de su cobro, acto totalmente ilegal, sin embargo el penal no fue repetido; al final, ambos clubes tiraron en 8 ocasiones dando como vencedores a los locales (7-6), en medio de un oscuro, oscuro final.
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