El Cacique logró cortar la sequía de títulos nacionales al igualar (1-1) con el Real Estelí en el estadio independencia, alcanzando el título de campeón del Clausura 2018, su título número 27 de liga local.
La primera mitad del encuentro careció de dinamismo y de muchas emociones. El primero en aproximarse al arco rival fue Diriangén, al 29´Acuña envió un peligroso disparo por sobre el horizontal y al 30´ Henry Niño tuvo la más clara de todas, en consecuencia de un grave error de Maradiaga que no controló un servicio aéreo y dejó servido el balón en el punto penal, pero el defensor cacique no aprovechó la inmejorable oportunidad y estrelló el disparo en el vertical derecho. En reacción a esto, los locales apretaron sobre el cierre de la primera parte con disparos desviados de Gregorio Torres y Carlos Chavarría, pero les faltó precisión.
Duro golpe
Para el inicio de la segunda parte, los locales mostraron mayor convicción y aumentaron revoluciones con el ingreso de Pinel y Rosas por el costado izquierdo de su ataque, Diriangén resistió con mucho oficio, pero sin lograr administrar de manera eficiente las posesiones de balón. Estelí logró conectar un duro golpe al 62´, cuando el español Pablo Gállego abrió el marcador con un cabezazo certero en jugada de balón parado y la historia parecía ser nuevamente la misma de los últimos 12 años, con un Diriangén que quedaba siempre, a un paso de la gloria, a un gol de la hazaña, pero, ¿Estarían por siempre condicionados de esa forma?
¡Reacción de campeón!
Durante todo el torneo, Diriangén demostró la capacidad de conservarse lúcido y fuerte ante la adversidad, demostrando una auténtica reacción de campéon en el momento necesario. Los diriambinos tomaron el control del esférico y llevaron el mando del partido, dentro de esta nueva dinámica de juego el mexicano Gregorio Torres se fue expulsado por doble amonestación y Diriangén, supo que era el momento idóneo para clavar el flechazo final, de ir por su objetivo y darle un irreverente golpe al pasado inmediato que le condicionaba en instancias como esta.
Estelí realizó tácticas dilatorias a partir del minuto 72´ y en el Independencia ya festejaban los pocos aficionados presentes, pero, Diriangén apeló a su mística, a su casta de eterno campeón y como si fuera una obra maestra de un novelista de drama y suspenso, en el último suspiro del partido el chino colgó un servició que fue pivoteado para Luis Fernando, “el coronel blanquinero” que como si fuera “Manuel Catarro Cuadra” prendió el balón con su pierna izquierda clavándola en el ángulo para liberar el ansiado grito de ¡Diriangén campeón! Para cortar una larga sequía de 12 años, para premiar a la afición más fiel del país y para devolver a Diriangén al lugar que le pertenece, al trono del campeón.
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