Diriangén se queda con el clásico

El domingo 13 de septiembre se jugó el clásico nacional de fútbol en la ciudad de Diriamba, por la cuarta jornada del Apertura  2015.

El Real Estelí llegaba con el cartel de favorito, respaldado por las estadísticas de los últimos enfrentamientos entre ambos clubes. Por otra parte Diriangén tenía un solo objetivo, revertir la “lógica” que dictaba la estadística y de conseguir una victoria que le permitiera seguir en la cima del torneo.

El encuentro se jugó como una final, donde nadie regalaba nada, donde se peleaba cada pelota con la intensidad que merece un clásico y en la búsqueda del orden defensivo la vistosidad del espectáculo quedó en segundo plano. Diriangén comenzó intenso, apostaba por una presión alta para acortar las posesiones de balón rival y lo consiguió. Como resultado de esta misma intensidad consiguió una falta en el último cuarto de cancha, el tiro libre fue efectuado por Carlos Torres que a pesar de su corto tiempo en el equipo ya nos viene acostumbrando a sus excelentes cobros. El balón realizó una parábola que pareció ser nacer del pincel de un artista, sorprendiendo a Justo Llorente y sirviendo a Lucas Martella su reencuentro con el grito de gol (Min 5).

Estelí se vio sorprendido de comenzar prematuramente abajo en el marcador, intentó reaccionar y cuando estaban mostrando mejorías Diriangén volvió a clavar un dardo envenenado (Min 24), en un balón largo de Sergio Arzamendia el colombiano Mauricio Andrés Giraldo le ganó la posición a Francisco Paz, mostrando categoría y sangre fría para definir la jugada y aumentar la diferencia en el marcador parcial (2-0).

Otoniel Olivas siguió apostando por los mismos conceptos que habían hecho a su equipo crecer en esta primera parte, llegando con peligro a la cabaña cacique en dos ocasiones antes de finalizar el primer tiempo. La primera de ellas no pudo ser aprovechada por Marcel Cecel que envió un disparo que se fue sobre el horizontal. La segunda fue concretada por Carlos Chavarría, que ya no es más “una promesa del fútbol nacional”, sino un talento en pleno crecimiento. Chavarría aprovechó un rebote defensivo para hacerse del balón, ingresando a la espalda de David Solórzano y definiendo fuerte, cruzado y lejos de Carlos Mendieta. Así llegó el medio tiempo con el marcador parcial 2-1.

Para la segunda parte Andrés Novara apostó más por guardar la diferencia del marcador, que por intentar aumentarla. Cambió el parado de su equipo del 1-4-3-1-2 a un 1-4-4-1-1, intentando cubrir los pasillos externos, mismos, por los que Estelí intentó hacer daño con el ingreso de Elvis Pinel. La tónica del encuentro nos decía que el empate estaba cerca, hasta que Álvaro Brum se fue expulsado luego de una fuerte entrada sobre David Solórzano. A pesar de que Diriangén no sacó ventaja de la superioridad numérica en el campo, el ataque de Estelí perdió intensidad,  haciendo que los locales pudieran manejar el resultado hasta el final.

En el epilogo del encuentro Carlos Chavarría tuvo en sus pies el empate, pero envió el balón sobre el horizontal, cortando así una racha de dos años y tres meses en los que “el tren” no salía derrotado de la ciudad de Diriamba, una ciudad que volvió a sonreír al final de un clásico nacional, pero también una ciudad que entiende el fútbol más allá del resultado y que está consciente que las sensaciones que nos deja esta victoria no son las más satisfactorias; por el “tipo de fútbol” mostrado por el conjunto blanco y negro o por la ausencia del mismo.