Con más corazón que fútbol

Diriangén se impuso (1-3) frente a los leones azules, en un encuentro que se ganó con mucha entrega y poco con fútbol.

Dos minutos y escasos segundos bastaron para que los locales se pusieran al frente, en las ya acostumbradas confusiones y malos rechazos de nuestra defensa, el balón quedó servido para Bryan García, que definió de manera excelente sobre la apurada salida de Mendieta. “El guión” del partido parecía estar escrito al igual que frente a UNAN y Ferretti, con un Diriangén que sufría por los errores de su última línea y por una media cancha “blanda y poco creativa”.

Managua FC jugó con libertades y pudo aumentar la diferencia pero Mendieta y la suerte, no lo permitieron en 3 ocasiones.  De pelotazo en pelotazo, Diriangén no generaba una sola ocasión clara de gol, hasta el minuto 37, donde en un tiro libre Juan Carlos Narvaez nos regaló otro “Colochazo” y en un tiro libre directo ejecutado con la potencia que caracteriza al lateral diriambino, “rompió al arco rival” e igualó el marcador (1-1).  Diriangén ganó confianza y sólo 8 minutos más tarde (45) Lucas Martella nos regaló un verdadero golazo, el argentino sacó un violento disparo cruzado desde 17 metros del arco de Diedrich Téllez, que nada pudo hacer para evitar que la visita se pusiera al frente (1-2).

Para la segunda parte Diriangén se quedaría con 10 jugadores (Min 59), luego de la expulsión de un Erick Téllez que se pasó de revoluciones en balón alto y dividido. El defensor diriambino dejó la pierna y producto de la inercia terminó impactando en el pecho del delantero venezolano Palomino. Por extraño que parezca, Diriangén lejos de ablandarse creció con la desventaja numérica,  creció en actitud y en el hambre mostrada por pelear cada balón dividido, aspectos extrañados y exigidos la afición diriambina. Por extraño que parezca, jugamos mejor con 10, que con 11 en cancha.

El Cacique supo aguantar el resultado durante los 34 minutos restantes, ante un Managua que se mostró inoperante y limitado con el balón. Justo como en el cierre del primer tiempo, volvería a aparecer la figura de Lucas Martella, esta vez en el epílogo del encuentro. Luego de un centro del brasileño Rafael Vieira, el argentino cerró al segundo poste y con una volea que sentenció el partido con el 1-3 final.

El Cacique Diriangén volvió a la senda de la victoria tras un empate y dos derrotas consecutivas, liberando un poco de la presión existente por pobre el funcionamiento y los malos resultados. Una victoria conseguida con contundencia y con más entrega que fútbol. Muestra de esto son los 26 “pelotazos” realizados por el Diriangén durante el encuentro, una cifra  preocupante y que evidencia la necesidad por mejorar en el trato del balón y las transiciones ofensivas.